Entre los avances médicos que impactan por sus implicancias
para paliar insuficiencias graves en la provisión de oxígeno al organismo hay
dos vías de avance en las investigaciones tecnológicas en curso: la
nanotecnológica y la nano-biotecnológica.
La primera fue anunciada en sus base teórica hace alrededor
de dos décadas, y consiste en un nano-vehículo de pocos nanómetros de tamaño,
denominado “respirocitos”, destinado a reemplazar –o agregarse- a los glóbulos
rojos de la sangre para complementar el traslado de oxígeno a los tejidos.
Su
diseño fue efectuado por el Dr. Robert Fleitas, pionero en la investigación
nanotecnológica, en la década de los 90, y consiste en un “vehículo” del tamaño de un
micrón, con capacidad de almacenar 236 veces más oxígeno que un glóbulo rojo
común. En esa época lindaba con la ciencia ficción, a la que sin embargo la
acelerada miniaturización y crecimiento de la capacidad de almacenamiento de
los nanocircuitos electrónicos acerca cada vez más.
La segunda parece más cercana. Ha sido anunciada por la
BBC-Science el avance de una investigación cuyo testeo comenzará a realizar el
National Helth Service, del Reino Unido, efectuada en conjunto por las
Universidades de Cambridge, Oxford y Bristol. Consiste en la creación de sangre
artificial en base a la utilización de células madre que circulan normalmente
en la sangre.
El propósito no es reemplazar la sangre del paciente, sino
ayudarlo en casos de déficits de glóbulos rojos que no sea posible tratar por
otros medios.
Las primeras pruebas clínicas en voluntarios humanos están
previstas para el año 2017.
Ricardo Lafferriere
“Respirocitos”: http://www.nanomedicine.com/Papers/Graft2050Respirocytes.htm; http://blogs.20minutos.es/ciencia-para-llevar-csic/2015/04/10/respirocito-un-nanorobot-para-vivir-sin-respirar/
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