Casas "impresas" en 3D reducen en un tercio el tiempo de construcción y el precio, con las mismas comodidades que la construcción tradicional

 


Las viviendas impresas en 3D ya están en el mercado en Estados Unidos


La técnica de impresión “3D”, aparecida ya hace una década, parace haber trascendido la dimensión de sus trabajos, de objetos de uso hogareño o herramientas, hasta las grandes construcciones.

Se habían presentado trabajos experimentales de viviendas, aunque en la mayoría de los casos adolecían de falencias estéticas que le quitaban atractivo, a la vez que la reducción relativa de su precio no las hacía demasiado convenientes en relación con los sistemas tradicionales.

Este nuevo emprendimiento empresario, con sede en el Estado de Nueva York, en Estados Unidos, parece haber roto con esas limitaciones.

Las viviendas que fabrica lo son a un precio más reducido -en Estados Unidos- que la construcción tradicional, son aceptablemente elegantes, su rapidez de construcción es notable y sus acabados con comparables con una vivienda tradicional de similar característica.

150 metros cuadrados a 300.000 dólares finales al comprador, para una vivienda a estrenar, en Estados Unidos es una ganga. Una vivienda similar cuesta un 50 % más.

El secreto está en la reducción de insumos y de mano de obra. No existe desperdicio de material, se utilizan sólo 3 operarios para su “impresión”, aunque a ellos deben agregarse al igual que en las viviendas convencionales, los diferentes “gremios” que le efectúan la instalación de los diferentes servicios -electricidad, agua, sistema cloacal, etc-.

En cuanto al costo de la construcción, la empresa que la ofrece manifiesta que logra una reducción del 70 % con respecto a la tradicional.

La “impresora” que desarrolla la estructura de la vivienda desde los cimientos en el propio lugar de emplazamiento es una máquina denominada ARCS y la empresa propietaria, SQ4D, informa en su sitio WEB que el tiempo de construcción es tres veces más rápido que la construcción tradicional y el nivel de seguridad para los trabajadores es sustancialmente mayor.

Los materiales son calculados con precisión computacional: el desperdicio es cero. La electricidad que requiere para funcionar es la equivalente a un secador de pelo común y el combustible para una casa de 150 metros cuadrados es de 120 litros de combustible.

Sería redundante insistir aquí sobre las ventajas indudables de este sistema de construcción, de cara no sólo a los déficits habitacionales crónicos de nuestros países. Tal vez sólo sea interesante destacar su utilidad en el nuevo fenómeno que se ha desatado a raíz de la pandemia: el éxodo de las ciudades al campo. Estas viviendas ayudarían a las personas que, buscando huir de las aglomeraciones y aprovechando las facilidades laborales que abre la aceleración del trabajo a distancia, no desean perder las comodidades de sus hogares ciudadanos.


Ricardo Lafferriere                       


Fuentes de origen: Empresa SQ4D: “https://www.sq4d.com/

Fuente informativa: “https://3dprintingindustry.com/news/s-squared-3d-printers-debuts-large-autonomous-robotic-construction-system-145078/

Fuente de divulgación: Vanessa Vates Ramírez, en el sitio de SingularityHub: “https://3dprintingindustry.com/news/s-squared-3d-printers-debuts-large-autonomous-robotic-construction-system-145078/



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